lunes, 6 de junio de 2016

ZONA DE CONFORT





Qué ganas de regresar a lo mismo, la aparente seguridad de la zona de confort, donde la ambición es un pecado y el conformismo un vicio.
Donde todo puede ser dejado para el día siguiente aunque no importa realmente si ese día llega o no. En ese espacio donde no me siento presionada ni temerosa, pero donde la frustración se apodera lentamente de quienes deciden vivir ahí mucho tiempo y luego asesina nuestras ideas, la creatividad y al optimismo.
Donde la comodidad sacrifica a la satisfacción y al deseo, donde la trascendencia es un mito y el esfuerzo aparenta no valer la pena.
Ahora que he salido de mi zona de confort estoy sufriendo, pero la promesa de algo mejor me pide que aguante, tal vez mucho, tal vez demasiado, pero me ha jurado que mi esfuerzo será recompensado, que vendrá algo mejor.
¡Qué dolor! ¡Qué ganas de regresar! El orgullo se tensa con la idea de que regrese, me mira con desaprobación mientras el amor propio me abraza tratando de esfumar tanto dolor, quiere que no me olvide de que me acompaña, el miedo tiembla pensando en el futuro, me pide desde atrás que regresemos, finalmente el coraje, desesperado, trata de jalarme por los brazos para que siga hacia adelante...

viernes, 7 de agosto de 2015

Yo ya era geek antes de que estuviera de moda.



Viajemos al pasado: ¿Recuerdas que hace algunos años la palabra “geek” era un insulto? ¡Claro que lo era! Principalmente usado para referirse a las personas que estaban más al tanto de la tecnología e informática. Cuenta la leyenda urbana que esta palabra comenzó a utilizarse como insulto en los años 60’s para burlarse de los estudiantes de ciencias de la comunicación quienes pasaban todo el día frente a las computadoras (pobres, como si no fuera suficiente el tener que lidiar con esas computadoras tamaño dinosaurio).


Pero con la llegada de las computadoras más pequeñas y baratas (gracias a Dior), se facilitó el acceso a la tecnología y por lo tanto fue cada vez más común encontrar a personas familiarizadas con este tema. Aunque fue en los maravillosos 90’s que los geeks lograron convertirse en algo más que unos fenómenos ante la sociedad. Se convirtieron en toda una subcultura hecha y derecha que se identificaba alegremente con el término que antes fue un insulto.

Posteriormente los mercadólogos hicieron lo suyo y nos empezaron a vender nueva y mejor tecnología lo que poco a poco ha venido aumentando la cifras de personas que se interesan en la tecnología y otros temas de este estilo, por ejemplo, lo que sucedió con el imperio Marvel. Hasta que finalmente, ser geek se volvió algo cool. Todos saben de cómics, todos conocen (o dicen conocer) hasta los más mínimos detalles de la vida de los personajes de ficción, y todos usan lentes de pasta gruesa (¡já!).




Hay que admitir, que como muchas cosas, ser geek se ha convertido en toda una moda muy popular y que proporciona muy buenos frutos económicos a quien la sabe manejar, y, también, una moda que incomoda a muchos. Y con “muchos” me refiero a estas personas que se molestan cuando alguien se autodenomina como geek o fanático de algo geek. Salen a enfrentar enardecidamente a estos “pseudo fanáticos”, los atacan y se aseguran de hacerles ver que ellos, neófitos, no saben nada.



Ahora viene mi opinión; yo considero que las personas realmente fanáticas de algo se mostrarían contentas al saber que lo que tanto les gusta está cobrando popularidad, ya que esto implica que mucha más gente gaste en esto, por lo tanto que haya una mayor producción, contenidos nuevos y una forma más sencilla, y a veces barata, para obtener los productos y creaciones nuevas. 

Claro, todo esto siempre y cuando se respete la esencia de la creación, ya que también existen los casos en los que algo se vuelve tan popular que se pierde el sentido de su creación y su existencia se limita a estar impreso o  difundido en cuantos medios sean posibles hasta que la gente se cansa (cof cof, minions).




Creo que lo mejor que podemos hacer es disfrutar de las nuevas y viejas creaciones e ilustrar a los novicios en las maravillas del mundo geek para que aprecien lo mejor que puedan tan interesante contenido. ¿O tú qué opinas?

lunes, 6 de julio de 2015

¿Los cómics son sexistas?




Recientemente nos enteramos que la guapa Cara Delevigne participaría como Enchantress en Suicide Squad, pero no fue sólo eso lo que llamó mi atención, sino sus ya sabidas declaraciones sobre las películas de súper héroes, donde expresó muy a su manera (como era de esperarse) que las películas de súper héroes eran totalmente sexistas. Para no entrar en detalles innecesarios, cito lo que declaró: "La mayoría de las superheroínas van desnudas o en bikini. ¿Cómo demonios va luchar así la Mujer Maravilla? La matarían al momento."

Es aquí donde me permito compartirte mi opinión; en primer lugar, a pesar de que cada quién es libre de opinar lo que quiera, me parece que Cara es completamente incongruente hablando de sexismo cuando todos sabemos que la industria que la llevó a la fama, es, por mucho, una de las más sexistas del planeta, la industria de la moda impone cada temporada parámetros para hombres y mujeres bastante irreales e inalcanzables. Del mismo modo, coloca principalmente a la mujer como un objeto sexual, el cual debe potencializar sus características sexuales lo más posible.
En segundo lugar, ¿Hablar de sexismo, Cara? ¿En serio? (insisto). Esta súper modelo trabajó para empresas como Victoria Secret y Donna Karan, donde por supuesto iba casi desnuda o en bikini. Las empresas para las que ha trabajado promocionan campañas con modelos que visten ropas con las que las mujeres normales moriríamos al momento (Ok, tal vez exageré, pero sí sería difícil realizar tareas cotidianas).





























En fin, el propósito de este post no es atacar a Cara, es dar mi opinión acerca del sexismo en el mundo de los cómics, creo, que como en todos los ámbitos, el sexismo siempre va a existir, y no sólo para las mujeres (¿Por qué nadie se escandaliza con la imagen de los súper héroes musculosos e invencibles que ningún pobre hombre terrícola alcanzará y que roba los suspiros de muchas féminas?), es una problemática social bastante arraigada y difícil de erradicar. Pero, es justo ahí, donde entramos nosotros para cambiarlo, no es lo que nos muestren las campañas publicitarias o las películas sino la interpretación que nosotros damos a ellas. Para mí, por ejemplo, el modelaje no es más que otro estilo de expresión artística, en el cual podemos apreciar, colores, formas y texturas envolviendo al cuerpo humano, sea éste como sea. Así, como el mundo de los súper héroes es otro estilo literario y cinematográfico, en el cual hombres y mujeres lucen sus esculturales cuerpos y combaten el mal al mismo tiempo (Oh... Sí).

El secreto está, en no tomarse nada tan a pecho y tomar de estas expresiones lo que más nos guste y haga felices. Yo, por mi parte, me concentraré en esperar lo mejor de Cara interpretando a un personaje tan interesante y que ofrece mucho potencial para convertirse en uno de los más entretenidos de la próxima entrega. 


domingo, 5 de julio de 2015

Vamos a buscar las esferas del dragón

Dragon Ball como ya todos sabemos (o casi todos) es un anime/manga creado por el japonés Akira Toriyama que en sus inicios narraba las aventuras de un pequeño niño de origen saiyajin con una fuerza increíble, viajando para encontrar las famosísimas esferas del dragón.

Me atrevería a apostar a que si no viste la serie, al menos tuviste una vaga idea de quién era este personaje. 

En mi caso particular, crecí viendo las aventuras de Gokū (sí, así se llama el personaje, no Dragon Ball) y sus amigos. Fue algo que marcó mi infancia, y creo que la de muchos. Jugamos a buscar las esferas del dragón y nos reímos al ver los intentos fallidos de algunos que querían convertirse en un súper saiyajin.

Hasta hace algún tiempo creí que todos esos recuerdos se quedarían en el pasado, pero fue en el 2013 que Toei Animations me regaló un pedacito de felicidad estrenando Dragon Ball Z: La Batalla de los Dioses, inmediatamente mis expectativas se elevaron hasta lo más alto, esperando sólo lo mejor de la película, todo era miel sobre hojuelas, sobre todo cuando se anunció que la película estaría doblada con las voces originales de los personajes.

Por fin llegó el tan anhelado 30 de marzo, corrimos a ver la película con la nostalgia a flor de piel, quitamos a los mocosos de las filas en los cines y... Bueno, para mi sorpresa, y la de muchos, la película "no fue lo que se esperaba", observé como muchos fans salían decepcionados de la sala de cine, incrédulos de que su tiempo de espera no hubiese sido recompensado.

Siendo honesta, la película cumplió con lo que yo esperaba; diversión y lucha como en los viejos tiempos, hay que ser realistas, no se podía explotar más la creación de Akira sin que esta se viera forzada y como el mismo creador lo dijo "Debido al tiempo que ha pasado, se me han olvidado muchas cosas".

Ahora, casi dos años después vienen a nosotros con una nueva entrega de Dragon Ball, esta vez trayéndonos a uno de los villanos favoritos; Freezer. Prometiendo poner en tal peligro al planeta que nuestros héroes no tendrán más opción que dar lo mejor de sí en la batalla. Además de una nueva serie, que hasta el momento tiene asegurados cien capítulos. 

Mi recomendación personal es, nuevamente, no elevar demasiado las expectativas, la nueva producción y la mejor animación no garantizan la calidad del contenido. Dragon Ball fue y será una de las mejores series que he podido ver en mi vida, pero también es un concepto que ha sido explotado por muchos años, y todo, por servir, se acaba. He de aceptar que si sigo viendo las creacioes de Toriyama es debido a mi orgullo saiyajin que me pide a gritos no lo deje morir.

 No quiero ni pienso perderme las próximas entregas de Dragon Ball, pero mis momentos favoritos, serán por mucho "los viejos tiempos".





miércoles, 11 de marzo de 2015

Cosas que he aprendido, sufrido y disfrutado de vivir sola:



1.- No tener dinero es no tener dinero: Suena redundante, pero en serio, cuando te empiezas a mantener por ti mismo, te das cuenta de cuánto cuestan realmente las cosas, al principio gastas desmedidamente y no ordenas prioridades, de pronto la vida te abofetea con un puño de facturas por pagar y no encuentras ni en las orillitas del sofá dinero para pagar #TrueStory. ¡PRIORIDADES! 




2.- El tiempo siempre te pasa factura, ¡y la cobra!: Siguiendo con el hilo del punto anterior, aprendí que si no pago la cuenta de la energía eléctrica me suspenderán el servicio, también aplica para la TV por cable, gas natural, etc., ¡yo sé que es obvio! Pero cuando tus padres sostienen la casa (seamos realistas) nunca te preocupas por ese tipo de cosas. Irremediablemente me toco sufrir las consecuencias de no pagar.


3.- Comer sano es importante: ¡Oh! Nada como la libertad de tener en el refrigerador (o fuera de él) lo que se nos de la gana... En resumen; mi lección la aprendí no comiendo sanamente y sufriendo las consecuencias en el baño, ¡Puaj!



4.- ¡Dulce privacidad!: ¿Hay mejor manera de explicarlo? Llegar a casa y quitarte todo de encima, andar en total desnudez, poner la música al volumen que tú quieras sin temor a represalias, ir baño con la puerta abierta y dejar lo que quieras donde quieras sin miedo a que alguien lo tome y nunca lo vuelvas a ver, son solo algunas de las ventajas de tener privacidad, ¿conoces otras?



5.- Animal Party, Go-Go Dancer de After Hours: La frase 'hora de llegada' pierde sentido para ti completamente, puedes entrar y salir a la hora que quieras (y mi casa tampoco es hotel, mamá), las fiestas se vuelven algo cotidiano, tu casa se convierte en el recinto de la mayoría de ellas, te alocas, haces afters, dejas dormir ebrios en el sofá, guacarean en tu baño, debes limpiar todo, llegas tarde al trabajo o no vas por el cansancio de la noche anterior, vuelves a disfrutar de tu libertad, y, finalmente, aprendes a regular tus horarios. 



6.- Extrañar a la familia: Esto es algo que todo el mundo ha sufrido y disfrutado (en mi caso más disfrutado que sufrido), sobre todo si te apartas a vivir relativamente lejos de tu familia, te olvidas por un rato de discusiones, momentos desesperantes, peleas con los hermanos, tías incómodas... Y cuando los ves después de un rato hasta bonito sientes, ¿a poco no? Por otro lado, estar lejos de ellos te hace valorarlos un poco (o un mucho) más. 



7.- Pasar tiempo conmigo misma: Y es que estar solo te permite estar contigo, te empiezas a conocer mejor, te das gustos que sólo tú puedes darte, los valoras, meditas sobre tu vida, te apapachas, te enojas contigo y te sigues queriendo. A veces el estar aislado de todos es reconfortante, recomiendo pasar tiempo con uno mismo de vez en cuando, tiene muchos beneficios, al menos a mí me los ha proporcionado. 



Y esto es, hasta ahora, lo que he aprendido, sufrido y disfrutado de vivir sola... ¿Tú qué agregarías? 

lunes, 9 de marzo de 2015

YO SERÍA LA PEOR NOVIA DEL MUNDO

YO SERÍA LA PEOR NOVIA DEL MUNDO




Yo sería una pésima novia, porque te demostraría cuánto te quiero en vez de publicarlo en cuanta red social exista, además sería honesta cuando algo no me pareciera en lugar de fingir que no me importa y guardarte rencor quizá por meses hasta que un día decidiera explotar.
No podría mandarte mil mensajes al día deseándote un buen día, diciéndote que te amo o preguntándote cómo estás, por el contrario, lo haría sólo cuando en verdad lo sintiera y preguntaría cuando el interés genuino saliese de mí.



Sería la peor novia del mundo porque decidiría hacer cosas cotidianas por mi propia cuenta en vez de exigirte, porque es 'tu deber', que vengas a ayudarme. No podría abandonar mi autonomía y pedirte que me acompañaras a todos los eventos sociales a los que voy y mucho menos obligarte a llevarme a los tuyos. Aún peor, no te pediría que te llevaras bien con mis amigos, tan sólo que los respetaras a ellos y al tiempo que decidí pasar con ellos, no me obligaría a mí misma a arreglarme todos los días para seguirte gustando, lo haría para gustarme a mí misma.


Yo sería una mala novia porque no te llevaría a conocer a mi familia a menos que ambos estuviéramos listos, las buenas novias presionan a sus novios para que conozcan a sus respectivas familias y así saber que salen en serio... Esa es otra cosa, más que formalidad yo te pediría respeto y honestidad mutua, quisiera que ambos estuviéramos tan cómodos para expresar todo lo que sintamos sabiendo que el otro escuchará y no se ofenderá.


Sería de esas malas novias que cuando hablan de sexo tienen la confianza de decirle a su pareja qué les gusta y qué no y de disfrutar lo que de acuerdo mutuo complace a ambos. No podría obligarte a creer que no puedes vivir sin mí, ni te diría que me lo demostraras todos los días, por el contrario, te alentaría a crecer como persona, a superarte, ser autónomo y entonces, sentirme halagada porque quieres mantenerte conmigo por decisión propia, porque juntos podemos fortalecernos y ser mejores personas.



Por todo esto y tal vez mucho más no te convengo si buscas a una típica novia, probablemente terminarás decepcionado de mí y del amor. Pero si por el contrario, estás harto de las 'buenas novias' creo que podríamos pasar un buen rato juntos.

Atte: Una mujer harta de los buenos novios

lunes, 27 de agosto de 2012

Testigos del 'no, gracias'.

Testigos del 'no, gracias'




Todos conocemos a los dichosos "Testigos de Jehová", incluso tenemos amigos o somos practicantes de esta religión, yo no lo soy (ni quisiera serlo).

Ahora, los que no lo somos sabemos cuan molesto es, en ocasiones que lleguen los testigos de Jehová por la mañana, usualmente entre 8 de la mañana y 12 de la tarde a predicarnos la palabra de Dios, palabra que muchas veces ya conocemos y no estamos dispuestos a seguir. Pero,  ¿por qué les seguimos abriendo la puerta o nos escondemos para evitarlos? ¿Por qué es tan difícil decirles que no nos importa lo que quieran decir?
En esta entrada de mi blog no voy a criticar ninguna religión, los testigo de Jehová me vendrán a servir más como un ejemplo para la reflexión que quiero compartirles en esta ocasión. En resumen, lo que les vengo a escribir hoy no es más que mi experiencia: 

Era un domingo cualquiera, donde me había levantado temprano para limpiar mi habitación, bañarme, cosas domingueras, etc., cuando escuché sonar el timbre de la casa, al ver que nadie bajaba a abrir la puerta me decidí por ir yo, y ahí estaban, dos señoras muy amables, me dijeron que venían de no sé donde a hablarme de Dios, que tal vez no lo conocía y que bla bla bla, ya todos conocemos el clásico discurso. Entonces me preguntaron si sabía lo que Dios había hecho por mí, les contesté que sí, que había dado a su hijo unigénito para que me salvara (para más información lea usted Juan 3:16, porque yo no sé bien), las señoras se sorprendieron, no entiendo por qué, si a eso se dedican, en fin, me empecé a impacientar y les dije que estaba ocupada, me preguntaron mi nombre, me dejaron una revista y se fueron.



El problema realmente comenzó cuando empezaron a ir todos los domingos a la misma hora, yo tengo un problema para decir "no, gracias", "no quiero" o un simple "no", muchos pasan por lo mismo y no es del todo nuestra culpa, en esta sociedad hemos sido educados para ser serviciales y amables con los que nos rodean aunque no estemos de acuerdo con serlo y hacerlo.

En fin, me empecé a molestar, porque yo ya no quería escucharlos cada domingo, y mi frustración aumentaba porque, como ya muchos saben, los testigos de Jehová son en realidad muy insistentes (y no los culpo, creen en lo que hacen, es de admirar), estaba molesta, yo les había dicho la primera vez que no, y estaban ahí aún.
Me puse a buscar hasta en Google cómo deshacerme de sus visitas, en realidad la señora era agradable, pero no quería, estar escuchando algo que no me interesa por mas amable que el tono fuera.

Google no me ayudó (que raro), lo único que decía es que hay que ser lógicos y groseros con ellos o pegar estampitas en la puerta, ¿es en serio? ¿quién escribe esas cosas?...  Entonces pensé, "¿Para qué me complico la vida?", y ese último domingo, cuando llegaron, los saludé amablemente y como de costumbre, comenzaron a hablar las dos señoras sobre "la palabra del Señor" y les dije: "Disculpen, en realidad agradezco su interés por mí, por el tema, pero yo ya tengo una religión, eso ya lo conozco, no me interesa, y no tengo tiempo. Gracias por haber venido y les agradecería que no volvieran".
¡Jamás había hecho eso en mi vida o algo parecido! (¡que nervios!, jajá), pero la señora bastante insistente me decía que podía cambiar de día, de hora etc., me sentí súper mal de decirle, amablemente "no, señora, ya le dije que no, gracias". Y sin más, me sonrieron, se despidieron y se fueron.

Lo que quería decir con tooooda esta historia es, que en realidad, decir "no", no es tan malo, las personas, al menos las racionales, tienen que entender que cada quien tiene sus asuntos, y pues si uno mismo, por pena o lo que sea, nunca se anima a decir "No gracias", los únicos que vamos a cargar las consecuencias somos nosotros mismos.
Yo me despido agradeciéndoles de nuevo por leerme y pues anímense, los reto a que si tienen este problema, le digan a alguien un "No", sólo para probar.